Perteneció a comienzos del siglo XI al Señorío de Lantaron con el nombre de Término. Tras formar parte del Obispado de Valpuesta, posteriormente fue otorgado a don Lope Díaz de Haro el V. Estuvo en manos de la familia Padilla y después del Duque de Lerma, hijo de la última representante de los Padilla en el siglo XVII, y más tarde de los duques de Medinaceli.